lunes, 23 de febrero de 2015

La lactancia materna refuerza el sistema inmunitario del bebé por las bacterias del intestino. Fuente: El Correo

  • Una investigación avala la teoría de que "un ambiente estéril no es bueno para los bebés"

La lactancia materna y otros factores influyen en el desarrollo del sistema inmunológico de un bebé y la susceptibilidad a las alergias y el asma mediante las bacterias que están en su intestino, según un trabajo de investigadores del Hospital Henry Ford (EE UU).
El tracto gastrointestinal contiene un ecosistema bacteriano que juega un papel importante en el desarrollo del sistema inmune y se cree que contribuye a una serie de enfermedades como la obesidad, patologías autoinmunes, trastornos de la circulación, alergias pediátricas e infección. "Desde hace años, siempre hemos pensado que un ambiente estéril no era bueno para los bebés. Nuestra investigación muestra por qué. La exposición a estos microorganismos o bacterias en los primeros meses después del nacimiento en realidad ayudan a estimular el sistema inmunológico", subraya la científica Christine Cole Johnson. "El sistema inmunológico está diseñado para ser expuesto a las bacterias a gran escala. Si se minimizan estas exposiciones, no se desarrollará de manera óptima".
En seis estudios separados, los investigadores buscaron evaluar si la lactancia materna tuvo algún efecto sobre el microbioma intestinal de un bebé y los resultados alérgicos y el asma. Analizaron muestras de heces de los bebés tomadas uno y seis meses después del nacimiento y estudiaron si el microbioma intestinal afecta al desarrollo de las células T reguladoras, o Treg, que regulan el sistema inmunológico. Los bebés amamantados de un mes y seis meses tuvieron composiciones del microbioma distintas de las de los que no fueron amamantados, diferencias que pueden influir en el desarrollo del sistema inmune. Así, los bebés amamantados de un mes tuvieron un menor riesgo de desarrollar alergias a las mascotas y los asmáticos que tenían tos y ataques nocturnos poseían una composición microbioma distinta durante el primer año de vida. Se demuestra, por tanto, que la composición microbioma intestinal está asociada con el aumento de las células Treg.

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