EL CHN invierte 526.000 euros en una nueva central de lavado de instrumental
El Complejo Hospitalario de Navarra (CHN) ha invertido 526.000 euros en la construcción y equipamiento de una nueva central de lavado de materiales sanitarios que ya ha comenzado a dar servicio a los ocho quirófanos del nuevo bloque quirúrgico del CHN-B y progresivamente asumirá también la limpieza del instrumental que se utiliza en los siete quirófanos del Bloque Maternal y los dos del Quirófano Infantil.
Estas instalaciones, que ya han alcanzado un volumen de 600 ciclos de lavado mensuales, ofrecen "las máximas garantías de seguridad y eficiencia energética", según ha informado el Gobierno foral. Su puesta en marcha ha conllevado el incremento de la plantilla del CHN-B dedicada a labores de esterilización, al sumar a sus funciones también el lavado previo de instrumental.
El equipo ha pasado de 14 a 18 efectivos, con la incorporación de tres técnicas y un técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería (TCAE). El consejero de Salud del Ejecutivo navarro, Fernando Domínguez, ha visitado este miércoles las nuevas instalaciones acompañado del director gerente del CHN, Antonio Merino; la directora de Cuidados Sanitarios, Maite Soria; la subdirectora de Cuidados de Procesos Quirúrgicos y Recursos Materiales, Conchi Moreno; y la jefa de la Unidad de Enfermería de Esterilización, Nieves Gúrpide. La nueva central de lavado está integrada en la Unidad de Esterilización II y realiza desde el verano las tareas de limpieza y mantenimiento del instrumental quirúrgico de las diferentes especialidades de cirugía que trabajan en los ocho nuevos quirófanos del CHN-B, donde se realizan intervenciones de traumatología, urología, oftalmología, otorrinolaringología y urgencias.
Se procesa una variada gama de materiales correspondientes a cada especialidad, desde cajas quirúrgicas a instrumental suelto (pinzas, tijeras, bandejas, cápsulas, mangos de lámpara, etc.)
La central de lavado añade 157,5 metros cuadrados de superficie a la Unidad de Esterilización del CHN-B. Entre sus equipamientos, destacan tres lavadoras termodesinfectadoras, con una capacidad de 541 litros, un lava carros para el reprocesamiento de material de gran volumen, contenedores e instrumental móvil de la unidad, un lavador por ultrasonidos (usado principalmente para limpiar instrumental de oftalmología o materiales tubulares), cubas de fregado de gran profundidad y terminales de aire comprimido para el secado del instrumental. La central dispone además de una sala de tratamiento de aguas que garantiza el suministro constante de agua descalcificada para los procesos de lavado. Cuenta también con la preinstalación necesaria para acoger una cuarta lavadora termodesinfectadora, para cubrir posibles necesidades de ampliación en el futuro. Entre el equipamiento adquirido con motivo de la construcción de este recinto se ha incluido una nueva autoclave de vapor de 252 litros, que se ha incorporado a la central de esterilización. SEGURIDAD, AUTOMATIZACIÓN Y CONSUMOS EQUILIBRADOS Las nuevas instalaciones se han ordenado siguiendo un diseño aséptico, que evita cruces y pasos atrás en el proceso de tratamiento de instrumental y productos sanitarios, de manera que el material ya limpio no puede contaminarse con el sucio en su camino a la zona de esterilización. Todos los equipos son de última generación y cumplen los máximos estándares de seguridad para el paciente, destinatario último de los instrumentos y materiales que se tratan. También se observan las máximas medidas de seguridad para los equipos profesionales que operan en ellos, con diferentes medidas y adaptaciones para evitar riesgos laborales (emanaciones, salpicaduras, riesgos químicos o biológicos, etc.) y generar un espacio de trabajo ergonómico y confortable. La central de lavado cuenta con un alto nivel de automatización de los dispositivos, para garantizar una alta productividad que responda a las necesidades actuales y futuras del CHN-B.
En su diseño, se ha buscado la máxima conectividad entre equipos, así como funciones de telediagnóstico y electrónicas adicionales, pensadas tanto para facilitar la labor del día a día como el mantenimiento de la instalación. También se ha perseguido la sostenibilidad ambiental, con consumosequilibrados tanto de energía como de materiales necesarios para el proceso de lavado (electricidad, agua, vapor, detergentes o materiales de embalaje, entre otros). Así, por ejemplo, en lo que se refiere a los productos de limpieza y desinfección, se han buscado productos más sostenibles y formulaciones químicas más seguras, acordes con los distintos niveles de complejidad de los materiales que se lavan y preparados para la aparición de nuevos patógenos más resistentes, ha añadido el Ejecutivo. Para la puesta en marcha de la central de lavado, se llevó a cabo un plan de formación de los profesionales que trabajan en la unidad y del servicio de mantenimiento. Las instalaciones comenzaron a funcionar en fase piloto en abril, para estar preparadas para acoger la actividad generada por el nuevo bloque quirúrgico del CHN-B, inaugurado en junio. En septiembre se alcanzó ya un volumen de más de 600 cargas de lavadora, la mitad de ellas en la lavadora de ultrasonidos. En total, el mes pasado se lavaron 1.950 cajas quirúrgicas y 2.600 materiales sueltos.
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