lunes, 6 de enero de 2014

"Un tapón a prueba de trombos" . Fuente: El Correo

Gracias a una nueva técnica de cateterismo consistente en el cierre de la cavidad auricular denominada orejuela, donde habitualmente se general los coágulos, los pacientes con arritmia podrían dejar los anticoagulantes

La fibrilación auricular es la arritmia cardíaca clínica más frecuente, ya que su afectación se sitúa entre el 1 y el 2 por ciento de la población general. Dichas cifras son especialmente relevantes si se tiene en cuenta que esta enfermedad multiplica por cinco el riesgo de padecer un accidente cerebrovascular (ACV) o ictus cerebral, según revelan recientes estudios científicos.

Un equipo de especialistas del Departamento de Cardiología de la Clínica Universidad de Navarra realiza una nueva técnica de cateterismo en pacientes con fibrilación auricular que permite cesar la administración de Sintrom o de otras medicaciones anticoagulantes en un número elevado de casos. Por este motivo, la nueva técnica está indicada en todos aquellos pacientes, de cualquier edad, con fibrilación auricular, que tengan que tomar Sintrom y que presenten problemas en el control de la coagulación sanguínea.

El nuevo procedimiento consiste en introducir –a través de un catéter y sin necesidad de cirugía abierta– un dispositivo que consigue cerrar una cavidad próxima a la aurícula izquierda del corazón, denominada orejuela, en la que habitualmente se originan los trombos. Dicho espacio cardiaco tiene forma anatómica de pequeño saco (similar al apéndice) en el que remansa cierta cantidad de sangre a su paso por la aurícula izquierda, lo que favorece la formación de los coágulos sanguíneos. Al cerrar la salida de la orejuela mediante la colocación del nuevo dispositivo, se impide la migración, por el sistema cardiovascular, de los trombos que puedan originarse en su interior. De este modo se evita el riesgo de que los coágulos lleguen desde la orejuela hasta el cerebro, causando un accidente cerebrovascular, entre otras posibles y graves complicaciones. De hecho, se sabe que el 90 por ciento de los trombos se originan en esta orejuela izquierda.

Dos técnicas a la vez
La peculiaridad añadida por los especialistas de la Clínica Universidad de Navarra es que constituyen el único equipo español que realiza el tratamiento de la fibrilación auricular y el cerramiento de la orejuela en el mismo procedimiento de cateterismo. En todos los casos realizados, tras la intervención y una vez transcurrido el período mínimo de 3 meses en el que es obligado mantener el Sintrom, se ha podido retirar la medicación anticoagulante.

El procedimiento comienza en con el tratamiento de la fibrilación auricular mediante la ablación (lesión) del perímetro de las venas pulmonares. Para acceder hasta las venas pulmonares, los especialistas introducen un catéter –a través de una pequeña incisión a la altura de la ingle– por la vena femoral hasta llegar al corazón.

Por el interior de ese catéter llevan el instrumental necesario hasta las venas pulmonares, en cuyo perímetro realizan la ablación con el objetivo de interrumpir el impulso errático causante de las arritmias cardiacas.
Finalizado el tratamiento de la fibrilación auricular, los especialistas introducen por el mismo catéter el nuevo dispositivo plegado. En el momento en el que alcanzan el orificio de la orejuela, situado en la aurícula izquierda, expanden el mecanismo de cierre con el que consiguen ‘taponar’ la salida de posibles trombos.

De este modo, evitamos que el paciente con fibrilación auricular deba seguir tomando Sintrom de por vida. El dispositivo queda colocado de forma permanente.

El procedimiento
La intervención se realiza bajo anestesia general para evitar al paciente las molestias de la ecografía transesofágica, necesaria para guiar a los especialistas en la correcta implantación del dispositivo. La suma de los dos procedimientos (tratamiento de la fibrilación auricular y cierre de la orejuela) tiene una duración aproximada de 3 ó 4 horas. En total, el paciente precisa un ingreso hospitalario de entre 24 y 48 horas.

Al cabo de tres meses, en caso de que el procedimiento haya tenido éxito, se le podrán retirar los fármacos anticoagulantes. Con esta intervención, la principal ventaja que obtiene el paciente es, por una parte, el tratamiento de la fibrilación auricular, y por otra parte, la retirada de la anticoagulación para evitar la formación de trombos, con todos los efectos secundarios que conllevan este tipo de fármacos, como es el riesgo de hemorragias importantes comoconsecuencia de una herida, caída u otra circunstancia, además del riguroso control mensual médico que debe llevar de los niveles de coagulación sanguínea.

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