martes, 10 de febrero de 2015

Cinco consejos para evitar el contagio de infecciones. Fuente: El Correo

  • MEDICINA PREVENTIVA

  • Son muchas las enfermedades que se transmiten por microorganismos patógenos que pululan por diversos sitios aparentemente limpios, como un restaurante. Un experto da recomendaciones para prevenirlas

  • Diarreas, gripe, catarro, pie de atleta, infecciones en diversas partes del cuerpo u otras patologías menos frecuentes como enfermedades venéreas, hepatitis, el cólera o las fiebres tifoideas se contagian por falta de higiene y, en muchos casos, por no seguir unas normas básicas, que Guillermo Quindós, catedrático de Microbiología de la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea (UPV/EHU), ha recordado en el arranque de la cuadragésimo segunda Semana de Humanidades de la Academia de Ciencias Médicas de Bilbao (ACMB):
    -En los restaurantes es más recomendable lavarse las manos después de ojear la carta.
    -Las toallas de papel son más eficaces que los secadores de aire para reducir el riesgo de contaminación por agentes infecciosos.
    -El fregadero, el inodoro, la esponja, el teclado del ordenador o, incluso, el mando a distancia y el móvil, acumulan una mayor contaminación bacteriana dentro de los hogares.
    -Con gripe o catarro, es mejor desechar los pañuelos usados y lavarse las manos después de estornudar o toser.
    -Los jóvenes deberían evitar beber del mismo vaso o botella o fumar del mismo cigarrillo o pipa, porque la presencia de contaminación por bacterias y virus es alta.
    “Es necesario mantener una consciencia constante de que la contaminación por agentes infecciosos patógenos, incluyendo en ella a la que se produce por la ruta fecal-oral, sigue estando presente en nuestro día a día de una forma más frecuente de la que nos imaginamos”, dice el profesor Quindós en su conferencia “Higiene e infección, dos enemigas íntimas”.
    Medidas en el hogar y sitios públicos
    Las normas básicas se pueden ordenar por lugares donde suceden los contagios:
    -En casa: limpiar con más esfuerzo el teclado del ordenador o, incluso, el mando a distancia y el móvil, acumulan una mayor contaminación bacteriana dentro de los hogares.
    -En la cocina: seguir las normas básicas de manipulación de alimentos, tanto en su conservación, como en su tratamiento y en la limpieza. “Por ejemplo, en las tablas de corte, y en los cuchillos empleados con ellas, se ha de evitar la mezcla de alimentos vegetales y cárnicos, alimentos crudos y procesados, etc. Y lo mismo se puede hacer extensible a su almacenamiento en la nevera”, explica el profesor Quindós. “La medida más sencilla que tenemos a nuestro alcance para disminuir el riesgo de infecciones es lavarnos las manos siempre que estemos en contacto con focos de infección evidentes”.
    -En el restaurante: “limpiarse las manos después de haber ojeado la carta, y no antes, ya que al pasar las cartas de menús de mano en mano continuamente, tienen un mayor riesgo de albergar agentes infecciosos”.
    -En los baños públicos: lavarse las manos después de ir al servicio y usar toallitas de papel desechables, que son más útiles en la “disminución de la carga microbiana que los secadores de aire. Incluso, estos aparatos, si son de gran potencia, pueden esparcir los agentes biológicos patógenos hasta en un radio de dos metros”.
    -En los hospitales: “más de la mitad de los profesionales sanitarios no se lava las manos con la frecuencia que debería”, afirma el profesor Quindós. “El estar en contacto con personas enfermas o el simple hecho de ir al servicio obliga a lavarse las manos con frecuencia. Existen numerosos estudios que relacionan de una manera directa el lavado de manos con un descenso del número de infecciones. Es una medida que salva vidas”.
    -Ocio juvenil: en la saliva se quedan tanto bacterias como virus, microorganismos potencialmente patógenos, que se intercambian al compartir un vaso, botella o por fuman del mismo cigarrillo o pipa.

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